Parece ser una obviedad, pero muchas veces lo pasamos por alto: ¿a quién le estamos hablando? ¿Qué le gusta? ¿Sobre qué está preocupado en este momento/contexto? ¿Qué emociones lo interpelan hoy? Un tip que ha funcionado muy bien para mí: seguir a la audiencia en las redes sociales, ahí está toda la información que necesito actualizada.

Es un desafío imprescindible. Evitemos la jerga y el lenguaje complicado. Seamos directos: un mensaje claro y bien estructurado es más fácil de entender y recordar.

¿Qué es lo primero que llama la atención de nuestro aviso/pieza/campaña? ¿Coincide con el mensaje que queremos transmitir? Si no coincide, ¡necesitamos cambiarlo!

Es la clave del éxito. Las historias son herramientas poderosas para conectar con la audiencia. Usar historias que reflejen los valores y la misión de nuestra marca, y que resuenen con las experiencias de nuestra audiencia nos acerca mucho a una comunicación exitosa.

Nos asegura tener la atención de nuestro lado. Las emociones juegan un papel crucial en la forma en que recibimos y procesamos la información. Un mensaje emocionalmente resonante es más probable que sea recordado y compartido.

Cada mensaje debe ofrecer algo valioso a la audiencia. Debemos asegurarnos que el lector sienta que ha ganado algo al leer nuestro contenido. Esto no solo capta su atención, sino que también construye lealtad y confianza en la marca.