Cómo mantener la creatividad en la comunicación corporativa

En ¡Mg! hay muchas cosas que nos generan orgullo, y acompañar a la mayoría de nuestros clientes desde hace muchos años es una de ellas. Es como que un día nos encontramos y empezamos a transitar un camino en el que vamos descubriendo juntos nuevos desafíos y proyectos para realizar.

En ese contexto, uno de los grandes temas que me ocupa la cabeza es cómo seguir ofreciendo creatividad para esas cuentas, que muchas veces son de empresas cuyos mercados no tienen cambios drásticos en el corto plazo, sino que más bien prevén escenarios de mediano o largo plazo.

Te cuento algunas cosas que hemos descubierto que generan buenos resultados:

Ojos frescos invitados

Muchas veces invitamos a alguien que hace mucho que no está en un proyecto (o que nunca estuvo) para que venga a ver qué ve. Esto no se hace desde la nada. Se le da un contexto, se le presenta el desafío y, a partir de ahí, le contamos o mostramos lo que pensamos. Y encendemos el chip de la permeabilidad. Porque lo lógico es esperar que lo que el otro nos diga nos genere resistencia, justamente porque saldrá de nuestra cajita. Pero justamente ahí está la gracia, en darle la bienvenida a los ojos frescos con una actitud permeable.

Murallas chinas

Es prácticamente la estrategia opuesta, y nos sirve mucho cuando hay momentos del año en que varios clientes nos piden algo similar. Ejemplo típico: el video de fin de año para agradecer y saludar a todo el equipo. ¿Qué hacemos? Armamos subequipos y, metafóricamente, cada uno se ubica a un lado de la Gran Muralla China: está prohibido hablar del tema, compartir ideas del tema… Esta nos encanta porque es contraintuitiva, pero justamente va al concepto de “limitarnos para liberarnos”. Un día, cuando el proceso está avanzado, conversamos y compartimos. Y es maravilloso ver cómo cada equipo disparó sus ideas para lugares totalmente diferentes.

Inspirarse

Ficción, reels o patear la calle. Para mí esas son tres grandes fuentes de inspiración cuando estoy en medio de un proceso creativo. Es loco, porque las tres parecen ser más bien azarosas… no es que busco una ficción sobre el tema que estoy desarrollando, sino que se me prende una especie de alerta para detectar cosas que pueden llegar a servirme en una serie, una buena historia, una novela. Ficción buena. Ahí es donde hubo un proceso creativo más fuerte y sin dudas exuda inspiración.

Los reels o videos de TikTok sí, quizás los busco más por temas. Pero también me pasa que alguno que me aparece gracias a las decisiones del algoritmo tiene un recurso que me dispara una idea nueva. Veamos videos buenos. Sepamos qué impacta.

Y la estrategia de patear la calle responde a la certeza de que muchas veces en nuestros procesos creativos nos quedamos estancados detrás de una pantalla y nos olvidamos de visitar el mundo real. De charlar con la gente para entender los climas sociales. De recorrer jugueterías, librerías, locales de decoración, bazares u otros espacios que nos permitan detectar tendencias. Abrazar al mundo real.

Seguro que estas líneas generarán nuevas ideas. A partir de aquí, lo importante es darles curso, seleccionar, hacer crecer, descartar, calendarizar, ver cuándo se alinean mejor con el biorritmo de la empresa, cuáles hay que dejar que maduren un poco más. Pero siempre, siempre, siempre —al menos en mi experiencia— la generación de nuevas ideas resulta inspiradora para todo el equipo de trabajo.

Por Diego García | Líder en comunicación y gestión de crisis en ¡Mg! Consultora

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